domingo, 7 de febrero de 2010

Donde viven los monstruos.


Espinete siempre me ha dado mala espina, valga la redundancia: un ser abominable, de más de dos metros de altura, dotado con dos garras como dos roperos abiertos, que podría matar a un oso no sólo con un abrazo, sino incluso con un beso, y se dedica a pasar las tardes jugando con unos niños… con el permiso de los padres de éstos.


Es de sobras conocida la teoría que defiende que este personajes es un pervertido, que se paseaba con sus púas al aire, insinuándose a los más pequeños del lugar...


Así se empieza…




…Y así se acaba.



Pero la teoría va más allá: se dice que exponerse a un pervertido, acaba pervintiéndote. Y es que todos lo que veíamos ese inocente, a priori, programa; hemos desarrollado un subconsciente siniestro... Pues en Donde Viven los Monstruos se narra la historia de un niño de este tipo, un ser desequilibrado, inestable y potencialmente violento. Vamos, lo que es la radiografía de cualquier niño con una infancia normal.


La película empieza con una escena que habré visto millares de veces por la calle: un niño se encara a su madre, arremete contra ella y luego se escapa Lo dicho, hasta aquí nada raro. Pero Max, que así se llama el mini-hijoputa en cuestión, no se escapa para ir a un parque a drogarse con los colegas, como haría cualquier ni-niño de hoy en día... ¿O sí va a drogarse? Porque de repente se inicia la paranoia: el pequeño encuentra una barca e inicia un viaje mar adentro hasta que avista una Isla llena de Monstruos; habitada por unas criaturas perdidas, en el sentido que buscaban un líder (como si existieran) que les trajera la paz (como si existiera) la armonía (como si existiera) y todos esos valores teletubbiescos que van de serie en el guión de cualquier película infantil...



Los Teletubbies, en el histórico momento en el que decidieron cambiarse de acera.



...Sin embargo estos bichos no son tan amanerados como el bizarro cuarteto de extraterrestres mongoloides, sino todo lo contrario: son unos cabrones con todas las letras (y alguna más): después de que el niño se autoproclamara rey de la casa e impusiera sus propias normas (como pasa en la mayoría de los hogares donde vive un niño), los monstruos se hartan de sus métodos e intentan instaurar una república by the french style, es decir, cortando la cabeza al niño. Pero no sólo hay referencias a la República Francesa, sino también se puede decir que la moraleja es una apología de los regímenes totalitarios: todos (monstruo y niño) llegan a la conclusión de que se vive mejor con normas, límites, restricciones… Entonces el niño descubre lo difícil que es ser madre, se da cuenta de que ha de acatar lo que diga la mamá y vuelve a su casa como si nada hubiera pasado.


Y aquí es donde todo se vuelve ficción: me creo que un niño muerda a su madre y se escape de casa, me puedo llegar a creer que encuentre un nuevo mundo lleno de seres raros…¿pero que su madre le reciba con los brazos abiertos como si nada hubiera pasado? ¿Que la madre reciba a su monstruíto con los brazos abiertos? Si yo me hubiera escapado de casa, mi madre me habría recibido con tal hostia que me habría enviado no directo a un nuevo mundo, sino al hospital. Lo que se llama una "guantá" a tiempo



"Ven, hijo: que no te voy a pegar": SPOILER: esta frase siempre acaba en varios combos de hostias FIN SPOILER.


P.D: Supongo que los que hayan visto la película (alguno habrá) y estén leyendo esta entrada (alguno habrá) echarán de menos la interpretación. Sí, lo que se explica en la película se ha de interpretar. Todo es simbología, una metáfora: la huida del niño era una evasión mental, todo pasa en la cabeza del niño, como sucedió con Resines y las últimas temporadas de Los Serrano. Se supone que cada monstruo representa una parte del niño, de su personalidad, de su entorno…




Una cabra a la que nadie le hace caso, un monstruo bipolar, una tricornuda violenta, un pollo inteligente, un calzonazos que hace todo lo que dice la del tricornio, una muchacha sensible y un toro que va a su rollo…



…Pues eso, que si consideramos la teoría que vincula cada monstruo con un aspecto de la manera de ser del chaval, nos sale que el crío es un marginado, bipolar, violento, listo, calzonazos, con un marcado lado femenino e independiente. Una joya, vamos. Sería el niño que cualquier psicólogo desearía psicoanalizar y que Michael Jackson querría analizar, a secas.


Yo he podido hacer este profundo análisis porque he leído toda la obra de Alejandro Jodorowsky, pero seguro que el público no es capaz de ver más allá, y se quedará con lo más superficial. ¡Qué gente tan rara los que van al cine a ver cosas y no a pensar sobre lo que ven! ¿Verdad? Pues no, sr. Spike Jonze: ¿He de “ir al cine” (guiño, guiño) para ver una película cuyo desarrollo y cuyo mensaje final me lo he de construir yo mismo en mi propia cabeza? ¿He de poner yo más de mi parte que el director, que sólo se ha molestado en rodar 80 minutos de bichos haciendo el gilipollas?


Señor Jonze, no hacía falta que se molestara en versionar un cuento para intentar hacernos ver qué hay dentro de un niño. Nadie sabe lo que un niño puede tener dentro… menos Michael Jackson, claro.



Michael, cubriendo las espaldas a su amigo.





4 comentarios:

  1. vien perra la pelicula felicidades

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  2. Gracias a los que hicieron posible esta pelicula esta muy divertida la verdad que se sacaron un diez a todos muchas felicidades y que sigan cosechando exitos

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  3. me divertí mucho con esta reseña, aunque no puedo decir lo mismo de la película, que a pesar de que se muy bien que está llena de simbolismos y que significan estos me pareció una cochinada jajajaja xD lo siento para quienes les gusto.
    Pues al final *spoiler* el niño nunca resuelve nada sólo lo empeora....

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  4. Pero bueno!, la peli es un truñaco que me tragué por encontrar los secretos de la mente. Me tendrían que haber llamado para los diálogos, invocaría al espíritu de mi tocayo Mike.

    La reseña me ha gustado, me ha divertido

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